La pandemia que faltaba…


Por estos días, de revuelo general y caos emocional para muchos, hay un término que empezó a utilizarse más frecuentemente: Infodemia. Para los que no lo conocen, es la información que circula a modo de exceso, una suerte de pandemia de información, donde no son los virus los que circulan, sino el exceso de noticias…falsas o verdaderas.

Creo que es importante aportar un granito de arena, en la lucha contra esta nueva pandemia, y en favor de la salud mental: ponernos un STOP, un límite o barrera para preservarnos, para CUIDARNOS de tanto exceso informativo.

Y saben por qué creo que esto es fundamental? Porque nos conduce, ese mismo exceso, a saltar por el trampolín de la impotencia, y quedar sumergidos ahí, en un mar lleno de sensaciones de vulnerabilidad y pensamientos catastróficos que están muy lejos de ser recursos que nos ayuden a sobrevivir (no sólo física, sino también emocionalmente) en estos momentos de tanta incertidumbre.

Y es que lo único cierto que tenemos, como siempre, como cada día de nuestra vida, es este presente en el que habitamos (aunque no nos demos cuenta). NO sabemos qué será de nosotros mañana, ni sabemos frente a qué desafío nos enfrentaremos…

Sólo sabemos que hoy estamos acá, frente a varias dudas, y una sola certeza: hoy estamos vivos, y necesitamos CUIDARNOS, entre otras cosas para poder CUIDAR A OTROS, estar disponibles desde lo psíquico y lo material, como lo espiritual y lo afectivo para los demás. La gran paradoja es que, este cuidado, supone sostener la distancia física, algo para lo cual no estábamos acostumbrados.

Y ahí volvemos a insertarnos en aquello de la INCERTIDUMBRE: nunca en nuestra historia, pasamos por algo similar. Ni nuestros abuelos, ni sus abuelos pasaron por algo así, tal como lo vivimos hoy.  No tenemos un registro mental ni emocional al cual apelar, para explicarnos lo que sucede, y pensar formas o caminos para tomar, “tal como pudieron tomarlos nuestros antepasados’’. Y el cerebro vive buscando lo que hay de común, para establecer relaciones y planificar (el cerebro detesta lo incierto…).

Por todo ello, creo que lo simple vuelve a ser lo fundamental: CUIDARNOS. Que es ni más ni menos que ser conscientes de que nuestras emociones más primitivas (miedo, ira, etc.), pueden aparecer en cualquier momento…y poder registrarlas, para trabajar sobre ellas, es muy importante. Ser pacientes con nosotros y con los demás (ni hablar, cuando vivimos con niños) CUIDARNOS, también es aceptar que sucumbir a la infodemia, puede ser peor que estar expuesto al virus mismo (o tanto, como ello). Así como sería muy peligroso salir ignorando o queriendo negar cualquier riesgo que exista, sin tomar las precauciones del caso, así es de peligroso saturarse de información, logrando colapsar nuestra capacidad de razonamiento, y sucumbiendo al pánico.

Ese pánico nos generará entre otras cosas, mayor sensación de vulnerabilidad y caos. En lo concreto puede implicar dormir mal, no descansar, estar aún más irritables, con menos capacidad de razonar y postergar estallidos emocionales, entrando en un círculo vicioso muy poco funcional para hacer frente a lo que estamos viviendo.

Cuidarnos es cuidar lo que leemos, lo que escuchamos, lo que dejamos entrar en nuestra casa. Cuidarnos es cuidar lo que hablamos frente a los hijos, así sea por chat con los amigos o en la mesa cuando comemos. Cuidarnos es cuidar a quienes tenemos a cargo, desde la mayor tranquilidad POSIBLE (léase posible, no desde lo IDEAL), asumiendo que esta es una realidad novedosa, incierta, pero a la que vamos atravesando TODOS, (porque parte de lo nuevo es que acá, nadie esta exento de enfermar) y a la que, en algún momento, habremos vencido.

Para llegar a buen puerto, es necesario cuidar la nave, los tripulantes, el clima que se respira. No basta con desinfectar los ambientes, también hay que purificar nuestro interior, en la medida que se pueda, con la clara idea de que en algún momento esto pasará, y en el deseo ferviente de que nos sirva de aprendizaje a la humanidad toda.

Un abrazo enorme!

Lic. Daniela Torres Ortiz

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